Rey de los hidalgos, señor de los tristes,
que de fuerzas alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión;
que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía
y la lanza en ristre, toda corazón.
(fragmento de Letania de D. Quijote. de Rubén Darío.)
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