domingo, 4 de julio de 2010

LUIS CERNUDA II

Difícil de conocer. Delicado, pudorosísimo, guardándose su intimidad para él solo, y para las abejas de su poesía que van y vienen trajinando allí dentro - sin querer más jardín- haciendo su miel(...). Por dentro, cristal. Porque es el más licenciado Vidriera de todos, el que más aparta la gente de sí, por temor de que le rompan algo, el más extraño.
(Pedro Salinas).

Adolescente fui en días idénticos a nubes,
cosa grácil, visible por penumbra y reflejo.
Y extraño es, si ese recuerdo busco,
que tanto, tanto duela sobre el cuerpo de hoy.

Perder placer es triste
como la dulce lámpara sobre el lento nocturno;
aquél fui, aquél fui, aquél he sido;
era la ignorancia mi sombra.

Ni gozo ni pena; fui niño
prisionero entre muros cambiantes;
historias como cuerpos, cristales como cielos,
sueño luego, un sueño más alto que la vida.

Cuando la muerte quiera
una verdad quitar entres mis manos,
las hallará vacías, como en la adolescencia
ardientes de deseo, tendidas hacia el aire.

(Donde habite el olvido)

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