(...) Nadie tuvo que pedir a Luis Cernuda certificado de lealtad porque estaba cien por cien con nosotros. Se ha dicho siempre que despreciaba el mundo, que el tono de su poesía es de desgarradora soledad e incompatibilidad con su medio ambiente. Puede que si, pero hubo unos años en que él creyó en su salvación junto a la salvación de los seres pequeños, de los imnumerables, de los que se levantaron en armas al sentir atacada hasta su pobreza.
María Teresa León.
sábado, 10 de julio de 2010
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Qué bien que seguimos teniendo fotopoesías!
ResponderEliminarCada vez que veo tu foto del ángel caído, pienso que es la mejor foto que se le ha hecho nunca. Cernuda también era un ángel caído, con unos poemas imprescindibles.